sábado, 26 de abril de 2014

88/94 México.

En colaboración con Frank García Trillo.

La historia política en México a partir de 1994 es bastante complicada. En ese año el presidente
que estaba al mando era Carlos Salinas de Gortari. Durante 4 o 5 de sus 6 años de gobierno se tuvo
la impresión de que por fin México podría ser una nación desarrollada. Durante ese periodo
México se posicionó como la mejor economía de la región (aún sin la presencia aplastante de
Brasil), aumentó de manera enorme el capital y la inversión que llegaba al país. Una época donde
las estructuras gubernamentales también entraron en decadencia económica. El gobierno
mexicano, que los propios priistas establecieron, entró en un ciclo de desgaste y bancarrota. Era el
premio gordo para el cacique de turno. ¿Por qué no aprovechar que todo está jodido para marcar
un progreso?

Sin embargo se ocultaba que todo este progreso estaba siendo realizado gracias a la privatización
de cientos de empresas estatales y paraestatales. De esas ventas resulta TELMEX con Carlos Slim
entre otros ejemplos iguales como FERROMEX.

Al inicio de su mandato en el 88 hay una crisis política apenas comparable a la de 2006 de la que
surge el partido que abanderaría por primera vez a una izquierda "unida": El Partido de la
Revolución Democrática.

Este surge de una división interna del PRI donde a Cuauhtémoc Cárdenas (Hijo de Lázaro Cárdenas,
una figura intocable dentro del progresismo mexicano) se le niega la candidatura. Mostrándose por
televisión el seguimiento de la votación en la cual iba ganando el PRD repentinamente "se cae" el
sistema mostrando ganador al PRI una vez se reestablece.

Durante su último año en el poder ocurre "El Efecto Tequila"; la mayor crisis económica nacional en
la historia, se firma polémicamente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con EEUU y
Canadá, y sobretodo nace el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional que termina por destruir la
imagen de México como futuro primermundista.

Todo esto sumado a la crisis del 88 corona a Salinas de Gortari como el "Innombrable", apodo que
todavía se usa para designarlo.

Pero fuera de los mitos populares alrededor de su mandato ¿Cuál es el verdadero pecado de
Salinas? ¿Qué lo vuelve un político despreciable? ¿Acaso es tan malo como para que el mexicano
promedio lo compare con el diablo o hasta con el mismísimo Judas Iscariote?

Parafraseando a la más importante politóloga mexicana, Denisse Dresser; “Salinas reformó para
perpetuar, él no buscaba mejorar la forma del país, ni mucho menos se dedicó a robar como todos
los anteriores”. Lo que Salinas empieza es lo que México había necesitado por décadas, si se
hubiera atrevido a completarlo en estos momentos seriamos un país comparable a Turquía o Brasil
en lo que economía respecta.

Lamentablemente su único objetivo fue crear un PRI más fuerte, más arraigado a las antiguas
formas, no mejorar México. ¿Por qué, Salinas de Gortari establece esto?
Salinas no habla de un sentido nacionalista revolucionario de hacendado de los años 10’. Salinas
propone algo moderno, algo que puede ver hacia adelante a las generaciones tan alteradas de los
años ochenta. Comparándolo con sus tres antecesores, Miguel de la Madrid, Luis Echeverría y José
López Portillo, Salinas establece un nuevo priismo. Algo que se puede clasificar como una
oligarquía metódica.

Y es exactamente lo que está pasando con Peña Nieto, pero más refinado. Los personajes, aunque
parecidos, no pudieron llegar a ser lo que fueron Cárdenas, y a lo que fue Salinas. No pudieron ser
una caída del sistema que misteriosamente le da la victoria al PRI. Ahora es una tarjeta de Soriana
o una torta de jamón. Ya no hay necesidad de ser tan obvio cuando el propio pueblo se puede
vender.

Únicas reformas incompletas. México necesita una Reforma Laboral, una Hacendaria, una
Energética, una Fiscal, pero no las que está haciendo el PRI.

Otra diferencia del Salinato al gobierno peñista es que Peña Nieto no es una figura política
relevante. Con esas palabras lo digo; Chong, Chuayffeth, Coldwell, Videgaray, son los nombres de
los que controlan el país. Peña solo es la figura, es un muñeco, el chivo expiatorio contra el que
todos apuntan y sacan a final de cuentas de su poder (Como le pasó a Salinas que esta exiliado en
Irlanda) mientras los verdaderos maestres se perpetúan. Esa es la dictadura perpetua.

Aquella que no solo se basa en el autoritarismo, sino también en el control mediático. El pueblo
llano, el pueblo “mocho” y agachado que vende su voto por la belleza de un candidato, o por un
paraguas y una torta. Porque, como en 1984, el partido en el poder controla los medios (Televisa y
TV Azteca) y se hace, no solo de la opinión pública, si no del pensamiento de la gente menos
preparada, que es la que más abunda en el país. Toda causa de izquierda es rápidamente
desprestigiada por sus medios, y no hay forma de negarla, si los propios “porros” y provocadores
del PRI son los que hacen de una causa pacifica un grupo de pusilánimes vividores. Los hay 132, los
hay CNTE, MORENA, los hay trabajadores de Luz y Fuerza.

Y ahora con un PAN auto destruido y una izquierda dividida en 5 partidos distintos el PRI con más
de la mitad de los estados tiene vía libre para la presidencia por muchos, muchos años. No tienen
nada que los detenga durante unos cuantos sexenios. En México, la Izquierda y la Derecha no son
más que bromas y carcajadas. No existe la verdadera revolución, ni el verdadero cambio
democrático. Las personas y las masas no se informan, y los políticos de todos los partidos no
tienen escrúpulos.

Me gustaría comparar con el final de “Rebelión en la Granja” de George Orwell, cuando al final se
dice “Los animales pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y de nuevo, del
cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era quién”. Si lo aplicamos al caso de
México, podemos fácilmente decir que los cerdos y los hombres son la derecha y la izquierda
respectivamente. Un PRD con personas como Fernando Noroña, que no es más que un cínico que
se refugia en ideas de extrema izquierda pero vive la vida cual burgués, o un Andrés Manuel López
Obrador, cuya figura pública está más que manchada. En este país no existen los políticos
honestos, comparándolos los unos a los otros, solo son burócratas que copian las ideas del otro.
Pero a donde la mayoría de ellos golpea es a la educación.

Nuestro más reciente caso, la reforma educativa, que busca que el Maestro no sea Maestro, sino
un instructor de Obreros. Le es preferible al gobierno tener a las personas calladas, sin educación y
entretenidas con la novela del Canal Dos y el futbol de cada domingo que fomentar la educación,
hacer que todos los mexicanos tengan una carrera universitaria asegurada, que todos los niños
indígenas tengan acceso a una educación integral hasta ser profesionistas para la mejora de su
comunidad o que, simple y llanamente, la persona sea reflexiva con su acontecer.
Pero no tenemos derecho a quejarnos, nosotros, como siempre, lo hemos elegido. O eso no
quieres hacer creer.

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